Mafarka está escrita siguiendo los mandamientos que el propio Marinetti proclamó en su Manifiesto futurista, texto capital para entender la literatura de vanguardias. Este libro por tanto se presenta como una de las primeras consecuencias tangibles de dicho manifiesto y ofrece la posibilidad al lector de comprobar por sí mismo cuáles fueron los resultados estéticos e ideológicos de esta nueva literatura. La novela, titulada con el nombre de su protagonista, está escrita en clave histórica, pero el tiempo en que discurre es impreciso y el espacio en que se desarrolla es exótico. Pero Mafarka es sobre todo novela erótica, aunque de un erotismo desmesurado. Mafarka se revela casi como un padre bíblico, aunque sus enseñanzas no sean precisamente las más religiosas, se mueve en un mundo que gira en torno a la apología de la guerra y al deseo de satisfacer sus fantasías sexuales más escandalosas, algunas de las cuales serían innombrables para una solapa como esta. Es mejor que para verificarlo el propio lector se sumerja en estas páginas, deliciosas y provocadoras a un mismo tiempo.
Filippo Tommaso Marinetti (Alejandría, 1876-Bellagio, 1944), debe principalmente su fama al Manifiesto futurista que publicó en 1909 en el periódico francés Le Figaro. Texto que entonces supuso una ruptura radical en la escena literaria europea y que incluso hoy sigue provocando la indignación de algunos y la curiosidad y simpatía, al menos por lo anecdótico, de tantos otros.