En los últimos años pueden detectarse tendencias nuevas respecto a los modelos que podrían considerarse clásicos, rasgos que además permitirían pensar y definir el género de una manera diferente y sobre la base de postulados distintos a los tradicionalmente utilizados. Entre los factores que explicarían estas transformaciones, la crisis del paradigma de la modernidad podría abrir una vía interesante de análisis y valoración de algunas propuestas que están surgiendo en el campo del cuento del presente. No es descabellado pensar que esta redefinición del género arranque de las exigencias que una nueva visión del mundo impone a la propia construcción del relato.
Ante esta convicción, parece oportuno interpelar a los escritores para tratar de constatar hasta qué punto tal planteamiento tiene alguna base sólida; entre otras razones porque, frente a la evidencia de estas modalidades transgresoras en la escritura del cuento en los tiempos recientes, lo que faltan a día de hoy son poéticas que confirmen este cambio de modelo.