Cuando Caterina recibe la herencia de su padre, custodiada por un misterioso albacea, desconoce que va a adentrarse en las cloacas de la Iglesia. Ella, la hija ilegítima de Alessandro Carducci, el que fuera director del Banco Laurenciano, descubre con estupor creciente la trama de relaciones financieras y criminales entre la mafia, la masonería y el Vaticano. Oficialmente, su padre se suicidó en un puente sobre el Támesis. Extraoficialmente, fue asesinado. La investigación de Caterina pone en guardia a otros personajes que hasta la fecha habían permanecido en la sombra.
El banquero de Dios nos presenta un mundo turbulento del que deben ser eliminados quienes se atreven a quebrantar la ley del silencio. Su autor mezcla con pericia ficción y realidad para plantearnos preguntas inquietantes y de gran trascendencia. Un ejemplo: ¿el atentado contra el papa Juan Pablo II en 1981 fue un intento de asesinato o una advertencia al estilo mafioso?