Esta novela, que provocó un notable escándalo en su país en el momento de su publicación, supone un prodigioso ejercicio narrativo tanto desde el punto de vista del estilo como del estructural. El lenguaje crudo y preciso y el elevado tono erótico de Deseo, rompe con todas las convenciones de lo que se ha venido llamando la literatura femenina. El director de una fábrica de papel, atemorizado por los peligros del sida, se fija de nuevo en su esposa para hacer uso de ella como de las prostitutas que había frecuentado hasta entonces. En la confortable residencia del matrimonio se suceden unas escenas de extraña obscenidad y de violencia inusitada, bajo la mirada de su propio hijo, como una crónica de los diferentes mecanismos posibles de dominación en el seno de la pareja. La mujer, desesperada, encontrará otro amante más joven que, a la postre, le convertirá en su nuevo verdugo.