Para buscar a su nieto predilecto, desaparecido en Francia engullido por el rutilante mundo del fútbol, Marguerite Bâ, que vive en Malí, a orillas del río Senegal, presenta una solicitud de visado ante las autoridades francesas. Cuando se lo deniegan, decide dirigirse al presidente de la República Francesa y contestar escrupulosamente a todas las cuestiones del formulario oficial n.º 13-0021. Pero nadie ha podido encerrar nunca a Madame Bâ en una casilla. ¿Apellidos, nombres, lugar de nacimiento...? Madame Bâ prefiere contar las cosas de otra manera, más acorde con la complejidad del mundo de donde proviene y donde vive. Así, sin tapujos ni complacencia, Una dama africana nos introduce en el África que nos empeñamos en desconocer, con sus violencias, sus sueños rotos y sus deseos de huir y emigrar, pero también con su rica solidaridad, ese formidable vínculo entre los seres humanos.