Soldados extranjeros detienen a Parvana, de quince años, y la interrogan en una base militar. Sin embargo, permanece callada, incluso tras varios días de amenazas, presiones y malos tratos. La única pista sobre su identidad es una bolsa con papeles, que mencionan a su familia. Mientras sufre los interrogatorios, y para evitar rendirse, se pone a recordar los últimos cuatro años de su vida: tras reunirse con su madre y hermanas, ha vivido en una aldea donde la madre ha conseguido abrir una escuela para niñas. Sin embargo, la presión de los talibanes por el rechazo de la educación de las niñas, y los bombardeos de los aviones extranjeros consiguen que la escuela desaparezca. Parvana es arrestada cuando trata de recuperar los pocos recuerdos que conserva de su familia. Finalmente, logra salir de la prisión gracias a la ayuda de la señora Weera, una parlamentaria afgana.