«¡Ay! ¡Ay! ¡Cómo duele!». ¿Oís esos lloros? Al dragón de la cueva le duele la muela, pero no sabe que una princesa obstinada está a punto de ayudarle. ¡Venga, para de llorar, amigo dragón! Coge el cepillo y la pasta de dientes y que empiece la lección… Lo siguiente que sabemos es que, aunque antes lloraba y era muy desordenado, ¡ahora es un dragón muy aseado! Gracias a la princesa, aprenderá la forma correcta de lavarse las manos y los dientes, y también cómo mantener las cosas limpias y ordenadas. Comerá verduras y cambiará su aburrimiento por deporte… ¿Os gustaría uniros al dragón para aprender un estilo de vida saludable? ¿De verdad? Entonces, dejad que la princesa os enseñe cómo se hace…