Hace tiempo, en una ciudad lejana, vino al mundo un niño transparente.
A través de su cuerpo se podía ver igual que a través del aire y del agua.
Se veía su corazón palpitar y se veían sus pensamientos deslizarse como peces de colores en su pecera.
Por desgracia, un feroz dictador subió al gobierno de aquel país y comenzó entonces un periodo de abusos, de injusticias y de miserias para el pueblo.
Quien se atrevía a protestar desaparecía sin dejar huella. Quien se rebelaba, era fusilado. Pero Jaime no podía callar.
Aunque no abriera la boca, sus pensamientos hablaban por él: era transparente y todos leían a través de su frente pensamientos de desprecio y de condena por las injusticias y violencia del tirano.
Después, a escondidas, la gente repetía los pensamientos de Jaime y recobraba la esperanza.
Un cuento sobre la fuerza de la verdad.