El gigante Atlante se construyó una casa en las nubes, porque el Cielo era el único lugar para vivir que le pareció lo bastante ancho y cómodo. Estaba cansado de la Tierra, ya que se sentía observado a todas horas por los vecinos. Y si tenía hambre, nunca encontraba ni cubiertos ni tazas que le fueran bien, todo era diminuto. Sin embargo, echaba de menos a sus amigos, sobre todo a la brujita Rita, de quien estaba profundamente enamorado.
Este cuento nos explica que el amor puede sobrevivir a la distancia i más aún con final feliz.