John Silver, el pirata de la muleta, huyó con una parte del botín encontrado en la isla del tesoro. Y no se supo nada más. Eso dicen, pero en realidad John Silver vivió durante bastantes años, viajando por placer o impulsado por la necesidad, haciéndose pasar por un señor e intentando conservar su patrimonio. Esta obsesión lo llevó por caminos arriesgados, propios del pirata que había sido y siempre fue. Silver no lo quería admitir, pero era un perdedor.