Los sucesivos aplazamientos de su ejecución que
Sherezade consigue cada madrugada al avivar con sus historias
la curiosidad del sultán, dieron lugar a Las mil y
una noches, una maravillosa mise en abyme poblada de
efrits, magos, tesoros ocultos y lugares fantásticos. Los escasos
momentos que Jeanne du Barry, favorita de Luis XV,
logra arañar al pie del patíbulo a su verdugo con su «Encore
un moment, monsieur le bourreau, encore un moment», a penas darían para una historieta o, a lo sumo, un
chiste; un chiste que contendría toda la intensidad y toda
la angustia de quien está a punto de perder la cabeza.