No conocían otro oficio que el de robar.
Oculta, la más vieja, escondía todo lo robado y vivía
como una miserable; Lucía, la mediana, con sus
latrocinios vivía como una artista de cine; Justa, la
más joven, sólo se apropiaba de lo necesario para
vivir. Pero las tres tenían una obsesión...
Divertida historia en la que el humor y la
ironía juegan un papel fundamental para que
comprendamos que ni el oro ni las joyas lujosas
colman los delirios de grandeza.