Los poemas que conforman este libro le ponen voz a lo cotidiano, a lo que nos rodea, con un lenguaje cercano, sencillo y sugerente para que el paso del tiempo, la noche, el mar, un tren o una veleta nos cuenten y podamos escuchar sus murmullos. Por otra parte, las ilustraciones de Juan Vidaurre enriquecen los poemas y hacen un guiño al lector infantil para que adivine, juegue y se divierta.