De joven, el viento era muy alocado y muy bromista. Montaba unos líos tremendos. Una vez cambió las casas de sitio y hubo mucho jaleo.
En otra ocasión, se llevó el negro de la noche a un lugar donde todavía era de dia. Y también puso un montón de nieve donde no tocaba. Hubo que tomar medidas. Por eso ahora el viento está mucho más tranquilo y normalmente se dedica a hacer girar las aspas de los molinos, volar cometas, llevarse peluquines y sombreros, en fin, pequeñas cosas....