Todos los días, cientos de animales mueren en experimentos de laboratorio. Algunos sostienen que esto es necesario para que la ciencia progrese, otros lo consideran una crueldad innecesaria y degradante. Pero existe una minoría que, curiosamente, está dispuesta autilizar la violencia para impedir que se siga maltratando a los animales.Contra esta peculiar clase de terrorismo se enfrentan ahora los jóvenes agentes de CHERUB.* Y como el tiempo apremia, los dilemas éticos que plantea el asunto han de postergarse: lo fundamental es evitar una catástrofe de proporciones dantescas y una riada de víctimas inocentes...*CHERUB es una división ultrasecreta de los servicios de espionaje británicos formada por agentes de 10 a 17 años de edad.