Uno de los aspectos más fascinantes de los seres vivos es la asombrosa variedad de estrategias que despliegan para sobrevivir. Animales y plantas disponen de sofisticados recursos para adaptarse, dominar o resistir.
Los seres vivos son expertos en intercambiar materia y energía con el entorno de la manera que les resulta más favorable. Esta capacidad les obliga a relacionarse intensamente con el medio que les rodea y, por eso, los organismos, sin excepción, son sensibles a ese medio y evolucionan para adaptarse. La alternativa es tan cierta como cruel: ¡desaparecer si no lo consiguen!