«Nadie quiere ver a un niño caído en un agujero. Les molesta. Se sienten mal. Piensa en esas personas que ven las desgracias en la televisión. Comen, cenan, hablan, y cuando hay algo trágico cambian el canal con sólo un dedo. ¡Un dedo! Así de fácil. Un dedo y la realidad a hacer puñetas».
Marc se encuentra en problemas. Desde que cayó en aquel agujero, pide ayuda pero nadie hace nada. Todos pasan a su lado, incapaces de comprometerse, de ser solidarios. ¿Cómo podrá encontrar una solución cuando parece no haber ninguna? Hundido en la realidad, Marc va descubriendo el mundo tal como es.
Una inteligente sátira social, que muestra la cara más hipócrita de la sociedad, pero también la amistad de algunos y la lucidez que pueden alcanzar quienes deciden superar las adversidades.