El autor, profundo conocedor de la realidad del continente africano, donde vive desde hace más de veinte años, defiende en este libro una política económica nueva. Este trabajo apasionado, pedagógico y riguroso, fruto de diez años de reflexión, desmiente los tópicos etnográficos y los milagros del liberalismo, tratando de convertir la lucha contra la pobreza del continente africano en un instrumento de cambio y de crecimiento económico. África es contemplada como un espejo doble que devuelve al mundo al imagen caricaturesca de su pobreza, de sus angustias y de sus lógicas perversas, pero también la de un futuro distinto, del que sería el laboratorio.