El libro comienza señalando un esbozo de filosofía de la información que muestra la lógica de la actividad informativa en la práctica profesional como una pretensión de objetividad absoluta, un constructo que, como el Wittgenstein el "Tractatus", hay que desmontar después paso a paso. Sin embargo, y tras repasar algunas de las principales teorías de la información, el autor concluye que bajo determinadas condiciones epistémicas y deontológicas lo que la información periodística nos acerca tiene la capacidad potencial de decir verdad.