La agricultura andaluza conoció, durante el período transcurrido entre 1900 y 1936, un importante proceso de cambio y adaptación a los mercados nacional e internacional de materias primas y alimentos. Las nuevas especializaciones de cultivos contribuyeron, a lo largo del primer tercio del siglo XX, al aumento del número de pequeños propietarios y arrendatarios vinculados a una economía agraria cada vez más integrada en los mercados capitalistas. Esto último adquirió una vital importancia en las provincias andaluzas orientales. La intensificación de las luchas agrarias durante el primer tercio del siglo XX acentuó el interés de amplios colectivos campesinos andaluces por la movilización política y la participación en las contiendas electorales. Pero fue, sobre todo, durante el régimen de la Segunda República, cuando los constantes enfrentamientos huelguísticos entre jornaleros, de un lado, y pequeños propietarios o arrendatarios, de otro, provocaron la derechización política de los últimos. El libro, partiendo de un análisis comparativo y centrándose en la provincia de Jaén, analiza cómo la politización del campesino andaluz discurrió paralela a la experimentada por el campesino de numerosas comarcas agrícolas de Europa occidental. Y concluye señalando cómo la agudización de los conflictos rurales en la agricultura jiennense del período 1931-1936 condujo a la constitución de un frente patronal agrario antirrepublicano en los orígenes mismos de la Guerra Civil.