Del oscuro y desconocido norte europeo surgió a finales del siglo VIII un pueblo de corta pero intensa vida que dejaría una gran huella en la historia del mundo occidental. La llamada era vikinga arrancó en el año 793 con un inusitado acontecimiento: el asalto por parte de los vikingos al monasterio de Lindisfarne, en Northumbria, y a partir de entonces, y durante tres siglos, este pueblo de guerreros, colonos y mercaderes se movió a sus anchas por el mundo. El estudio de las piedras rúnicas, el rescate de los manuscritos islandeses y el descubrimiento de barcos casi intactos nos han permitido entender el mundo de los vikingos como una parte esencial de la cultura nórdica y europea.