Obra de gran interés, su amenidad y la confianza que inspira su sentido práctico y veracidad hacen de este viaje quizá la más completa visión alcanzada por un extranjero recorriendo España y Portugal en el siglo XV. Los lapsos históricos en los que incurre el autor solo han de atribuirse a malas informaciones y a incomprensión, puesto que ignoraba el castellano.
Ante los Reyes Católicos justificó su viaje diciendo que en su país parecía increíble la transformación de España en tan poco tiempo, que de la discordia y la ruina se pasase a la paz y la prosperidad de ese momento; y que, con el beneplácito de la corte de Maximiliano, había adquirido la empresa de comprobar tales prodigios.
En cuanto a sus entrevistas con Juan II de Portugal, versaron sobre conquistas en África y empresas comerciales, si bien sorprende que no se interesara por los temas relativos a las Indias Occidentales, ya descubiertas.