La confrontación entre las fuerzas alemanas y soviéticas en Stalingrado fue un choque titánico a una escala sin precedentes, un punto de in¬flexión en la Segunda Guerra Mundial y el símbolo imperecedero de su devastación, a la que se han dedicado abundantes obras. Y, sin embargo, es mucha la información que se ha malinterpretado u ocultado sobre ella, como demuestra David M. Glantz, autoridad mundial sobre el Frente del Este y el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.
Este primer volumen de su obra magna, A las puertas de Stalingrado, respaldado por fuentes antes desconocidas o poco estudiadas, proporciona la narración definitive de la fase de apertura la campaña. Glantz combina los informes oficiales diarios de ambos bandos para producer un texto de minucioso detalle y nuevas interpretaciones.
Una crónica reveladora que inicia una tetralogía –cuyos siguientes volúmenes describirán la encarnizada batalla por la ciudad y la exitosa contraofensiva soviética– que revisa y amplia de forma drástica nuestra comprensión de una de las campañas militares más decisivas en la historia de la humanidad.
El objetivo inicial de Hitler no era Stalingado, sino sus campos petrolíferos al sur, por ello, dividió su Grupo de Ejércitos Sur en dos contingentes, uno para asegurar la ciudad en su ¬ flanco y otro para capturar dichos yacimientos. Glantz demuestra, por primera vez, que Stalin, como respuesta, exigió del Ejército Rojo que se mantuviera firme y que resistiera en lugar de retirarse, lo que condujo a los numerosos y poco conocidos combates que erosionaron de manera radical el poder de la Wehrmacht antes incluso de que llegara a Stalingrado. Y muestra que, aunque las fuerzas alemanas destruyeron en su avance a los ejércitos soviéticos de los frentes Sur y Sudoeste, resistieron su progresión con más firmeza de lo que se había supuesto hasta ahora gracias a los constantes contraataques que, finalmente, detuvieron la ofensiva alemana a las puertas de Stalingrado.