Las teorías sobre los mitos son abundantes. Se han abordado como ecos de sucesos meteorológicos y cosmológicos, como propuestas de explicación de algunos de los sucesos más extraños sucedidos en el mundo, como una especie de ciencia primitiva, como historias inventadas para legitimar costumbres o instituciones ya existentes, como relatos que evocan un pasado esplendoroso, como justificación de rituales primitivos... Psicólogos, antropólogos culturales y otros muchos profesionales han vertido innumerables opiniones al respecto.
El profesor Kirk ha examinado estas teorías universales detenidamente y ha considerado que todas ellas son reveladoras, pero ninguna resulta adecuada por sí misma para explicar la asombrosa variedad de estos <>, incapaces de enmarcarse en una única teoría. A sus consideraciones generales sobre la naturaleza del mito sigue un espléndido análisis de los mitos griegos --acerca de dioses, de héroes y, con mayor detenimiento, del único dios-héroe: Heracles—y, ya el capítulo final, una rigurosa reflexión sobre la manera en que una época dominada por el mito acabó cediendo el paso a otra dominada por la filosofía.