Se tratan en este libro cuestiones medulares sobre la primera transición del feudalismo al capitalismo. El análisis se centra en Castilla, entre 1250 y 1520, aunque extiende la mirada a otras áreas europeas. Cuatro son los núcleos temáticos: la evolución sociopolítica que condujo al estado feudal, la génesis de la producción rural capitalista, la lucha de clases y la relación de estos factores con el flujo comercial entre regiones. En cada uno de ellos, se encuentran interpretaciones
recibidas. Las de los clásicos, Marx y Weber, en primer lugar, continuando por la polémica Dobb-Sweezy de comienzos de los años 1950, el debate Brenner de 1970-1980 sobre demografía y clases sociales, la escuela inglesa de historiadores marxistas, la sociología histórica de Anderson, los modelos de Braudel y Wallerstein sobre la economía mundo, finalizando
con el neoclásico hombre de mercado de fines del milenio. El estudio de caso se combina necesariamente, pues, con el estudio de la herencia teórica; es el paso imprescindible para acceder a nuevas interpretaciones. La figura de Marx sobrevuela en este libro y provee su núcleo metódico. Pero ese seguimiento está despojado de cualquier devoción
ortodoxa. El estudio documental impone revisar sus interpretaciones sobre el estado absolutista, la vigencia temporal de
la ley del valor y los orígenes capitalistas.