Los símbolos del caballo, el toro, el laberinto, el hacha, la serpiente, o la diosa, aparecen de forma recurrente en los mitos y leyendas de numerosas culturas; pero todos ellos hunden sus raíces en la Prehistoria. Saber interpretarlos es necesario para entender cabalmente las creencias de nuestros antepasados, pues no dejan de constituir una materialización de sus mitos. El arte prehistórico puede ser considerado, de ese modo, una herramienta de enorme valor para indagar en nuestro pasado y en los orígenes de las creencias religiosas del ser humano. Este libro aborda una rigurosa interpretación de las primeras manifestaciones artísticas, como pórtico al conocimiento de la Prehistoria. Su lectura nos revela la naturaleza última de la «primigenia religión»: un culto a la Diosa Madre, a la Madre Naturaleza y a los astros, codificados bajo diversas formas animales. De ella derivarán todos los cultos posteriores. Sus aspectos esenciales se mantendrán incólumes en los principios constituyentes de múltiples religiones, y en el legado cultural que encarnan los mitos y leyendas populares que conforman el acervo de la memoria colectiva. Así, lograremos comprender y analizar con mayor precisión el presente, a partir del conocimiento de los símbolos que presidían la vida de nuestros ancestros.