Las Indias se convierten para los españoles en el lugar donde poder construir la sociedad utópica que se había desvanecido en el comienzo de los tiempos con la pérdida del Edén, y que muchos creen haberlo redescubierto en América, cuyas características físicas concuerdan con los textos de la mitología occidental, que hablan del Paraíso perdido: inocencia del hombre, que no necesita vestirse, por la bondad del clima, ni trabajar, porque la naturaleza le da todo lo que necesita. En un primer momento se buscó el establecimiento de una sociedad en la que indígenas y españoles estuvieran integrados, sin embargo, pronto se vio la imposibilidad de esta tarea, por lo que se decidió la creación de dos repúblicas separadas: la de los españoles y la de los indios. Ambas, no obstante, confluían en la República Cristiana. En esta obra se analiza cómo Felipe II estructura ambas repúblicas a través de sus ordenanzas y la influencia que tienen sobre la fundación, la forma y la evolución de las sociedades y de las poblaciones americanas.