Razón, política y pasión lleva a cabo una crítica del liberalismo desde el interior del liberalismo mismo, pues, tal como indica su autor, parte del supuesto de que es necesaria una teoría que pueda explicar y apoyar la movilización y la solidaridad democráticas, y tal teoría, si es que es posible, ha de ser una teoría liberal.
Walzer analiza la desigualdad alojada, por así decirlo, en las asociaciones involuntarias, cuya importancia rara vez reconocen las teorías liberales, la experiencia real de la desigualdad y la «energía apasionada» sin la que no es posible oponerse a las estructuras sociales y los órdenes políticos que sostienen la desigualdad.