De todos los «juegos» a que se entregan los alpinistas en las montañas más altas del planeta, el más difícil y más cruel consiste en escalar las catorce cumbres de más de ocho mil metros en medio del atenazante frío invernal.
Por primera vez, la galardonada escritora Bernadette McDonald narra la historia de cómo los alpinistas polacos, guerreros del hielo, hicieron suyo el invierno, perfeccionando lo que ellos denominaban «el arte de sufrir» para abrirse camino hacia la cumbre del Everest en el invierno de 1980. Aquel fue el primer ochomil que escalaron de ese modo, pero no fue el último. Bernadette revela qué fue lo que inspiró a los polacos para aceptar aquel juego brutal, describe cómo ese mismo juego inspiró a un número creciente de escaladores de otras nacionalidades a saltar a aquella peligrosa arena, y cómo, a medida que se iban consiguiendo las primeras ascensiones invernales de esas montañas, la competición se fue intensificando hasta que tan solo el K2 —la cumbre más maligna de todas— quedó y sigue a la espera de su primera ascensión invernal.