LETRAS AMIGAS BOLETÍN NÚM 1 DE RECOMENTADIONES Y NOVEDADES

LETRAS AMIGAS, hemos titulado así nuestro boletín de novedades y recomendaciones porque lo engloba todo, sobre todo, lo que más nos gusta de nuestro trabajo: leer, descubrir, recomendar, presentar, compartir... con vosotros, lectores.

Durante estos 56 años la librería ha pasado por muchos momentos diferentes, se ha reinventado muchas veces.

Desde los primeros años, en un pequeño local donde la gente tenía que hacer cola en la calle... pasamos a un local grande, con dos pisos encima llenos de libros almacenados.

Se hacían presentaciones de amigos de nuestro padre, casi todos profesores y todas de temática técnica sobre educación, cocina, arte... muy pocas del ámbito literario.

Al morir nuestro padre en el 83, se volvió a reinventar todo. Fuera el almacén de los pisos -los necesitábamos para vivir- y se destinó el local pequeño a temática técnica, el local grande quedo como librería de humanidades y infantil. Fueron años de pocas iniciatives -sobrevivíamos- sin presentaciones ni debates. La recuerdo desordenada, las editoriales escogían lo que debíamos tener y nos inundaban de libros, mucho más de lo que podíamos vender pero, eso sí, cobrándolo todo. Durante mucho tiempo las librerías fuimos los bancos de las editoriales, pagando sin derecho a escoger y sin ser devuelto el dinero, siempre a cambio de nuevos libros. Cambiar esto ha sido un proceso de años de negociación y pactos.

Una nueva fase empezó con este empoderamiento: es mi negocio y yo decido. Ahora dirán que fue porque las editoriales lo facilitaron, no es cierto, hubo mucho trabajo, conversaciones, presiones y mucha ayuda de los representantes que, por cierto, deberían ser más valorados. Esto permitió tener dinero para hacer cambios de infraestructuras: iluminación, aire acondicionado, estanterías, convertir los almacenes en espacios de venta y, sobre todo, una librería más ordenada, sin exceso de material el orden es más fácil.

Entonces vinieron los años de la tecnología, los ordenadores y, después, las redes sociales. Poder olvidar aquellos catálogos de dos mil páginas publicados cada año y mirarlo simplemente en el buscador, comporto un cambio de mentalidad en la manera de ser libreros. La librería ya no solo era un lugar donde ir a comprar el libro a un profesional y amigo, sino un lugar donde pasear, pasar el tiempo, hacer amistades y descubrir nuevos libros. En este tiempo nos dieron el sello de Librería de referencia.

Y la pandemia nos llevó a la consolidación de las redes sociales y de la web, una nueva reinvención que hemos tenido que hacer y que va -técnicamente- muy lejos de los conocimientos iniciales que teníamos. Pero estamos contentos, cada día aumentamos seguidores y ahora, también, hemos creado el perfil juvenil.

Todo esto nos lleva a una nueva fase en la manera de ser libreras, con más contacto con el lector y una valoración de nuestro trabajo como preceptoras. Por esto hemos decidido hacer un boletín quincenal de recomendaciones, anécdotas y novedades. Si funciona, si interesa, continuaremos... si no, no pasa nada, probaremos coses nuevas, como siempre en nuestra historia.

Porque el mundo del libro necesita reinventarse continuamente, para adaptarse a los cambios sociales y a nuevas maneras de culturizar. Y solo puede hacerse probando nuevas idees, valorando y volviendo a probar.