El término hipoteca no es una expresión unívoca. En el lenguaje coloquial, por una suerte de sinécdoque o metonimia, se denomina hipoteca tanto a la propia obligación cuyo cumplimiento asegura (normalmente, un préstamo, pero también un crédito, un saldo resultante, un descuento, etc.) como al derecho real que se impone sobre el inmueble en garantía de un crédito o a ambos (obligación y gravamen) o a la responsabilidad que la hipoteca cubre, e incluso al propio inmueble gravado. Así, son coloquiales expresiones como "estar pagando la hipoteca" (cuando lo que se paga realmente es el crédito que la hipoteca garantiza) o "tener una hipoteca" o "pedir una hipoteca" (cuando lo que se solicita es un préstamo), etc. En el lenguaje jurídico, en cambio, la expresión hipoteca tienen un significado más preciso y técnico.