Que a los economistas les gusta predecir el futuro es cosa bien sabida. Pese a las críticas que rodean su actividad, son reconocidos como el último eslabón de una larga cadena de futurólogos (astrónomos, astrólogos, adivinos, magos, profetas de toda laya y científicos), desde que a mediados del siglo pasado se iniciasen los estudios sobre el futuro, en permanente batalla con posiciones escépticas y fatalistas. Con buenas dosis de humor e ironía, Roberto Velasco se propone divulgar los éxitos y fracasos de las predicciones de reconocidos economistas y organismos internacionales, describiendo de forma muy asequible las diferentes técnicas de prospectiva económica. A pesar de la incertidumbre provocada por la Gran Recesión, su autor anima a los economistas a perseverar humildemente en su pasión por el porvenir para modularlo a favor de la sociedad.