Hace ya algún tiempo que en diferentes foros se habla de la crisis del sistema jurisdiccional. Se mantiene la idea de que la justicia funciona mal, se la tacha de lenta, conflictiva, ineficaz, cara? Ante este panorama, desde algunos sectores se ve en la resolución alternativa de conflictos la panacea. Se considera que es en los métodos alternativos donde se encuentra la solución. Otros, no obstante, son más cautelosos y se muestran recelosos con estos medios alternativos a la tradicional vía jurisdiccional, así como con los efectos que éstos pueden desplegar. Este libro no pretende ser más que un granito de arena en ese debate y un estímulo de reflexión para el lector. ¿Podemos considerar la resolución alternativa de conflictos realmente como la solución a todos los males de la jurisdicción?