El aumento de los daños ocasionados por menores de edad está directamente relacionado con la crisis del principio de autoridad paterna de que adolece la sociedad actual. No sólo ha cambiado el modelo tradicional de familia, las relaciones paterno-fi liales han modificado su confi guración tanto social como jurídica, debido a una serie de circunstancias que están repercutiendo en el ámbito jurídico de la responsabilidad civil extracontractual. A mayor abundamiento, al amparo de las últimas reformas en Derecho de familia se ha originado un fenómeno de sobreprotección legislativa en el ámbito familiar, reconociendo cada vez más permisividad a la fi gura del menor, lo que defi nitivamente ha provocado una considerable reducción en el ámbito de actuación que los padres tienen sobre la esfera personal del menor.
Ante esta situación, la jurisprudencia cada vez objetiva más la responsabilidad de los padres por los actos realizados por menores e incapacitados, en aras del principio pro damnato, que se está erigiendo guía de la responsabilidad civil de daños, garantizando la reparación de la víctima del perjuicio. Ahora bien, los daños ocasionados por menores no siempre van a ser consecuencia de una falta de diligencia por parte de sus progenitores.
El objetivo de la presente monografía, que el lector tiene en sus manos, ha sido abordar esta materia desde un punto de vista integral para el resarcimiento de los posibles daños o lesiones causados a bienes jurídicos esenciales a consecuencia de los actos de menores e incapacitados.
Esta temática nos sitúa de lleno en el marco del derecho de daños, cuya extraordinaria actualidad es de sobra conocida, predeterminando una serie de cuestiones fundamentales que deberán ser resueltas a lo largo de esta obra, entre ellas: la imputación jurídica del daño a personas distintas del agente, la responsabilidad civil de los padres en base al apartado segundo del artículo 1903 CC, los distintos supuestos de la obligación de indemnizar de los padres en función de la situación familiar existente y, por último, la responsabilidad civil derivada de delito o falta.