La corrupción, el poder excesivo de los partidos políticos y el desapego de los votantes hacia la política son muestras flagrantes de la crisis que padece la democracia parlamentaria. Una crisis que el sistema parece incapaz de resolver por sí solo. El enorme crecimiento del gasto de los partidos en las campañas electorales, la fuerza con la que los medios y sobre todo la televisión regulan nuestras vidas, el poder enorme de ciertos personajes mediáticos son algunos de los múltiples asuntos analizados en este libro que se pregunta, sobre todo, ¿qué podemos hacer, como individuos, como ciudadanos, miembros de nuestras familias y grupos de amigos y gente con ideas afines? Después de haber votado, ¿queda algún espacio de intervención? ¿En qué medida la democracia participativa es esencial para compensar las limitaciones de la democracia representativa?
Paul Ginsborg ha convertido estas preguntas en el eje de su reflexión, y Así no podemos seguir contiene la esencia de su pensamiento, en el que el papel de la ciudadanía no se limita al voto depositado en las urnas. Como dice el autor, así no podemos seguir, los ciudadanos han de reapropiarse del control de su vida y, a partir de ahí, reconquistar la democracia.