Las transformaciones económicas, sociales y políticas que viene experimentando el mundo en las últimas décadas, simplifi cadas mediante el término globalización, ponen en cuestión, sin embargo, la capacidad descriptiva y la vigencia normativa de tal concepción clásica de la soberanía. En particular, cobra inusitada complejidad la articulación de los dos sectores del ordenamiento antes mencionados. Los vínculos entre Derecho comunitario europeo y Derecho interno de los Estados miembros son ya conocidos; pero constituyen sólo un supuesto, aunque en verdad eminente, de los múltiples desarrollos en los que se enredan inextricablemente los Estados individuales y la Comunidad internacional, ya en su conjunto, ya en algunas de sus formaciones particulares.