Aquellas organizaciones, ciudades, comunidades y países que atraen, fidelizan y desarrollan «clase creativa» están destinadas a sobrevivir y prosperar. Aquellos grupos humanos que pierden «clase creativa» ven reducida su calidad de vida y sus posibilidades de futuro. El concepto, inicialmente creado por el experto en urbanismo Richard Florida, ha sido transformado por el autor, que amplía las clases creativas a todos aquellos profesionales que aportan valor desde la confianza, la orientación al cliente y la iniciativa. Opone las «clases creativas» a las clases reactivas. Muestra cómo atraer a la clase creativa, cómo evitar su pérdida (rotación no deseada) y cómo desarrollar a la «clase creativa» desde un contexto de aprendizaje.