Cuando se ha de hablar en público no hay peor enemigo que los temores irracionales. ¿Y si me quedo en blanco? ¿Y si hago el ridículo? ¿Y si no encuentro la palabra exacta? El mejor modo de combatír tales miedos es una preparación metódica y exhaustiva.
Todo tiene su importancia: el lugar, la duración de la charla, la documentacíón previa, la clase de público, el número de asistentes, el tono empleado,...
Pese a la aparente complejidad de la tarea, si sigue paso a paso el procedimiento propuesto en este libro, en siete días usted hablará en público como un orador profesional, e incluso disfrutará haciéndolo.