Quizá mañana cuando llegue a su oficina todo sea diferente. Alguien ha movido su mesa para orientarla en una mejor armonía con el resto del mobiliario y el café ha desaparecido de la máquina y ha sido sustituido por diversas variedades de té. Mientras, su jefe hace yoga a la espera de una videoconferencia con la central desde... Shanghái.
Puede que le parezca un escenario demasiado futurista, pero ya está ocurriendo, mientras lee estas líneas. Carolina Miyata nos da las claves para entender qué es lo que ha cambiado para que hayamos pasado del made in China al desarrollo de las multinacionales asiáticas capaces de rivalizar, y de derrotar, a sus competidoras norteamericanas y europeas.