La Ley Concursal viene a satisfacer una profunda aspiración del ordenamiento patrimonial español, como es la decisiva reforma de la legislación concur-sal, ante un sistema arcaico, inadecuado a la realidad social y económica actual, con normas dispersas, y con carencia de una sistemática armónica. Así, se opta por los principios de unidad legal, de disciplina y de sistema, así como por los principios de flexibilidad y economía, superando la actual dispersión normativa, simplificando trámites,\
reconduciendo las diversas situaciones de insolvencia a un único procedimiento encomendado a un Juez único y especializado, e intentando adecuar la nueva normativa a la realidad de las relaciones entre deudores y acreedores que genera la actividad económica.
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El principio de unidad legal tiende a unificar, por vez primera y en un solo texto, la dispersa normativa actual, tratando en una única Ley las cuestiones sustantivas y procesales, poniendo fin al tan citado "labyrinthus creditorum".\