Los votos de los ciudadanos españoles no son libres e iguales, a pesar de que la Constitución así lo exige. No son libres porque no lo permiten las listas electorales jerárquicas, cerradas y bloqueadas que presentan los partidos políticos. No son iguales porque el voto de un ciudadano puede valer cinco veces más que el de otro, según el lugar donde se emita el voto y el partido favorecido por él. Las características del sistema electoral influyen en el entramado institucional y es causa de sus carencias y defectos: la ausencia de democracia interna en los partidos, la escasa funcionalidad del Parlamento o el papel de convidados de piedra de los parlamentarios. Este panorama se empobrece por la ausencia de eficaces instrumentos de expresión directa de la voluntad ciudadana, tales como el referéndum o la iniciativa legislativa popular. En este breve ensayo se propone un nuevo modelo electoral para España: personalización del voto (contra las listas jerárquicas, cerradas y bloqueadas) y mayor equilibrio entre votos y escaños (contra la enorme desproporcionalidad que provoca el sistema electoral vigente) De esta manera el sufragio de los españoles será realmente “universal, libre, igual, directo y secreto”, como establece el artículo 68. 1 de la Constitución. En esta España en la que muchos protestan, pero pocos piensan, este ensayo supone una refrescante propuesta para mejorar nuestro sistema electoral y político.