30 de abril de 1945, la guerra está definitivamente perdida. Desde su Bunker, Adolf Hitler organiza su suicidio, ¡pero especialmente su huida! Con todos los espías aliados sobre sus talones, el dictador emprende un largo, muy largo viaje, que lo lleva a las Islas Baleares y Argentina. Se convierte entonces en testigo de todos los acontecimientos posteriores al armisticio, el colapso del nazismo, el desmembramiento de su país, la victoria del capitalismo y del comunismo. Su sueño de libertad se convierte rápidamente en una pesadilla...