Argelia es el único país del Magreb donde la llamada Primavera Árabe no llegó a ocurrir. De hecho, ocurrió antes, en los noventa, cuando el partido islamista mayoritario ganó unas elecciones que el Ejército, garante del Estado, no reconoció. La restitución en el poder del Frente de Liberación Nacional (FLN), con el beneplácito de los gobiernos occidentales, dio paso a una guerra civil de diez años. El FLN gobierna el país desde que este obtuvo la soberanía de la Francia de De Gaulle.
La independencia, ganada mediante referéndum el 1 de julio de 1962 con el voto favorable de tres cuartas partes de los argelinos, tenía como contrapartida ciertas garantías hacia los colonos franceses. Pero el nuevo gobierno argelino las incumplió y más de 800.000 "pied-noirs" tuvieron que emprender el retorno a la metrópoli francesa. Entre ellos la familia del joven Denisse Raynaud.
Después de casi cincuenta años, Denisse, ya anciano, retornará a Argel con la esperanza de recuperar una parte de un pasado nunca olvidado y que dejó atrás con amargura. Pero el ansiado feliz reencuentro pronto se verá enturbiado por el caos de los acontecimientos que golpean en la actualidad el Norte de África.