Mitos, lo que se dice mitos, ha habido desde siempre y siempre los habrá.
Hace miles de años eran a la vez el antecedente de nuestras series de
televisión y la explicación poética de todos los porqués. A falta de ciencia,
filosofía y razón, la poesía explicaba todo. Pero ¿cómo porras se forman los
mitos? ¿Cómo se produce la mitomorfosis? ¿Por qué han sobrevivido tantos
milenios?
Pues porque siempre hemos buscado respuestas, porque la curiosidad es una
de las características que nos hacen humanos, muy humanos. ¿Qué por qué
había eco en las montañas? Un mito lo explicaba, era la ninfa Eco,
condenada por los dioses quien respondía. ¿Qué por qué había en el mar
coral rojo? Otro mito lo contaba, la sangre de la Górgona se había
petrificado al caer al mar... El miedo a lo inexplicable es si no, abrumador.
Los mitos, respondiendo todo lo que no sabemos, componen además
historias eternas, cuentos para contarnos por la noche a la lumbre o para ver
en la tele o pasarnos por WhatsApp. Los mitos clásicos son historias
apasionantes llenas de lujuria, de venganzas terribles, destinos trágicos,
superhéroes, terror, mundos alternativos…
Además, todavía creamos mitos. No solo de héroes, divas de ópera, estrellas
de Hollywood, futbolistas y rocanrolstars. También creamos y creemos en
leyendas urbanas que se mueven hoy a toda velocidad en las redes. Todo
ahora es muy moderno y rápido. Pero no hemos cambiado tanto. Seguimos
contándonos historias… y todas las historias están en los mitos, en este
libro, en Mitomorfosis.