¿Qué diferencias cabe señalar entre las formaciones e ideologías fascistas y la ultraderecha actual? ¿Estamos transitando, aun con diferentes acentos y modulaciones, el mismo camino funesto que tomó Europa décadas atrás? ¿Hay paralelismos entre las prácticas de algunos gobiernos en América y las que parecen afianzarse en Europa? Los interrogantes se agolpan, pero hay una cuestión que determinará nuestro futuro: ¿cómo derrotar a la bestia de una vez por todas? Hoy, como ayer, es imprescindible instruirse, organizarse y resistir, pero más necesaria todavía es la elaboración de propuestas alternativas para no repetir la barbarie.