Este libro explora la capacidad decisoria del pueblo (dêmos) en la asamblea ateniense y el modo en que esta subjetivación política des-inviste de autoridad a todo poder que no sea el de la propia reunión de la multitud ciudadana indiferenciada. La convicción que lo guía radica en asumir positivamente la anarquía de la democracia en tanto que efecto de la soberanía del pueblo como sujeto político. El análisis que se realiza intenta dar cuenta de esta singularidad de la actuación política del pueblo ateniense. El recorrido que proponemos no puede desplegarse más que en el cruce de las miradas de los antiguos con las ideas contemporáneas sobre la política y el sujeto, y las posibles coincidencias entre demokratía y populismo como modos anárquicos de acción popular. No es ajena a la época actual la interrogación sobre qué es lo que da legitimidad a un sistema político. Se habla, por ejemplo, de democracia institucional o constitucional o de democracia plebiscitaria o populista. ¿Qué pueblo es el que da legitimidad a una o a otra? ¿Uno se apega a la ley mientras que el otro se configura en su articulación con un líder? La cuestión estriba en la magnífica polisemia del término pueblo, que denomina tanto a la totalidad de la comunidad como a la parte plebeya de la misma. La democracia deviene anárquica en la medida en que el pueblo como sujeto político opera sobre este entresijo, poniendo de relieve su capacidad igualitaria como fuerza no controlada ni dominada, de manera que la parte plebeya se funde con la totalidad comunitaria. La democracia es el acto soberano del pueblo, que puede reconfigurarla con cada decisión en que manifiesta su fuerza. Tal es el argumento que este libro quiere invitar a pensar, reivindicando lo que el análisis histórico de la política antigua tiene de pensamiento político en el presente.