Juan de la Cruz Megías, "fotógrafo de bodas y arquitectura", como gusta presentarse, ofrece en esta obra de juventud una mirada inocente y salvaje sobre su familia, sus amigos, su pueblo. Escrito de memoria y para la memoria, Pan, vino y azúcar trasciende el relato íntimo para constituir una crónica gráfica tierna y veraz de la España de la Transición.