Bruce Lee fue un ser excepcional y apasionado que gozaba de una extraordinaria concentración de energía. Nadie que lo conociera en persona, o incluso que lo viera en la pantalla, podía dejar de sentirse atraído por él, por su entusiasmo por la vida, por su filosofía o por sus conocimientos.
Era un lector voraz, absorbente. Hombre muy instruido, escribió mucho y consiguió sintetizar el pensamiento de Oriente y de Occidente en una filosofía propia y personal del autodescubrimiento.
Tomado de los cuadernos privados de Bruce Lee, este volumen se complementa además con una selección epistolar que permite apreciar con nitidez su modo de incorporar las ideas a sus actos y su forma de impartir consejos a los demás.
Se incluyen igualmente diversos borradores de algunos de sus textos más notables, que permiten apreciar la evolución de su pensamiento a lo largo de los años, y su forma de vivir y actuar de acuerdo con esas ideas.
«Así como Miguel Ángel tomó un bloque de mármol y, retirando todo lo que sobraba, hizo salir de su interior su David, Bruce Lee retiraba las costras interiores de su alma para poner de manifiesto al mundo su verdadero ser. Ya fuese enseñando, actuando, escribiendo o hablando, Bruce era capaz de expresarse a sí mismo de manera sencilla y honesta. Podría decirse, simplemente, que tenía “carisma”; pero si analizamos con mayor profundidad esa capacidad suya de desnudare el alma, acabaremos por llamarlo “arte”.»
Linda Lee Cadwell (del Prefacio)
