«¡Estoy dispuesto a partirme la cara para que ustedes puedan ejercer su derecho a votar sobre la independencia de Cataluña, pero no si lo hacen pisando los derechos del resto de ciudadanos!»
El 7 de septiembre de 2017 la voz de Joan Coscubiela resonó con fuerza en el Parlament de Cataluña. Denunciaba la vulneración, por parte de las fuerzas independentistas, de la legalidad y de los derechos de la minoría parlamentaria para aprobar el marco legal del referéndum del 1 de octubre. Diputados de Ciudadanos, PSC y PP se levantaron para aplaudirle. En cambio, no todos los diputados de su propio grupo parlamentario lo hicieron.
La intervención de Coscubiela aquel día alienta este libro, en el que el exdiputado explica, desde la sensatez y el respeto hacia todas las posiciones, cómo se ha llegado hasta aquí. Su voz viene a ocupar un espacio silenciado, el de la equidistancia —que no equivale a una neutralidad imposible—, en el que muchos han dejado de sentir que exista una representación política.
¿Es posible superar el empantanamiento de la situación actual? A la incapacidad de gestionar las grandes ilusiones y expectativas creadas por el independentismo se ha sumado el inmovilismo del Gobierno del PP y la reacción del españolismo más rancio e intolerante, en un cóctel de difícil digestión del que, según Coscubiela, solo se saldrá pactando el desacuerdo. Con un requisito imprescindible: que a corto plazo la independencia deje de ser el único eje de la política catalana.